Marrakech tiene grandes tesoros, ya que es una ciudad Patrimonio de la Humanidad y rutas que parten de la ciudad hacia los destinos más variados. Dicen que tan sólo con pasear por su zoco o tomar un zumo de naranjas viendo el atardecer en Jemaa el Fna, te sentirás recompensado en tu viaje.
La plaza Djemaa el Fna
con el populoso ajetreo del anochecer
En Marrakech hay lugares de culto con un gran valor cultural como la Katoubia, el emblema de la ciudad, a los que los occidentales no podemos acceder debido a que sólo pueden entrar los que profesen la religión musulmana (¡ojo con esto!).
Las montañas y la nieve, dirección a Oukaimeden.
La playa y el mar, dirección a Essaouira
El desierto, dirección al imponente Sahara